Haciendo
uso de sus competencias para la búsqueda y recuperación de
información:
a) Etiquete la publicación con el nombre del autor, título y año de publicación del libro asignado.
b)
Usando la imaginación y creatividad, complete en 3 a 4 líneas el
mismo.
c) Asígnele un título creativo al párrafo.
1)
“Cuando Merche o Carmen Lourdes contestan a ciertas llamadas que
reciben por teléfono, si se hallan presentes el viejo o la viejas,
empiezan a decir, respondiendo a lo que oyen por el hilo: -Si…
No...Si, si… si… no…
-
De ahí no salen – dice el viejo
-
De ahí nadie las saca – dice la vieja.
-
¿Qué es “sí, no; no, sí? – pregunta el viejo a la vieja.
[…]
-¡Rinnnnn!
¡Rinnnnn!...”
2)
"-Voy
a salir ahora...susurró la muchacha.
-
¡No puedes salir!- la atajó la escritora.
-
Nadie me verá, puedo hacerme invisible.
Kate
Cold sujetó a la chica por los brazos, segura de que deliraba.
3)
“-¿Un
puro, señor Enslin?
-
No, gracias, no fumo.
La
mirada de Olin se posó en el cigarrillo que tenía Mike detrás de
la oreja derecha, a la manera de un periodista veterano y cínico de
New York (…). El cigarrillo se había convertido en parte
interesante de su persona que al principio Mike no supo qué miraba
Olin. Luego rió…”
4)
“Esta
es la historia de los Buendía, la estirpe que estuvo condenada a
vivir cien años de soledad. Los Buendía pudieron descansar en paz
cuando nació la primera criatura procreada en el amor verdadero.
José Arcadio Buendía y su esposa, Úrsula, son los procreadores de
José Arcadio Buendía, el hijo mayor, y Aureliano Buendía, que más
tarde sería coronel y Amaranta, la menor; de estos tres nacerán
cuatro generaciones que, de manera cíclica como la historia, se irán
relacionando y procreando entre ellos mismos, salvo algunas
excepciones. Ésta familia acompañada por otros esposos, mujeres y
niños, cruzan la sierra y en un lugar desierto encallado en el
caribe fundan el pueblo de Macondo; el pueblo es..."
5)
“El domingo por la tarde festejamos mi cumpleaños. Rin-tin-tín
gustó mucho a mis compañeros. Me regalaron dos broches, una señal
para libros y dos libros. Ahora quisiera contar algunas cosas sobre
las clases y el colegio, comenzando por los alumnos. Betty
Bloemendaal tiene aspecto de pobretona, y creo que de veras lo es,
vive en la Jan Klasenstraat, una calle al oeste de la ciudad, que
ninguno de nosotros sabe dónde queda. En el colegio es muy buena
alumna, pero ...”
6)
“Jacques
Saunière, el renombrado conservador, avanzaba tambaleándose bajo la
bóveda de la Gran Galería del Museo. Arremetió contra la primera
pintura que vio, un Caravaggio. Agarrando el marco dorado, aquel
hombre de setenta y seis años tiró de la obra de arte hasta que la
arrancó de la pared y se desplomó, cayendo boca arriba con el
lienzo encima.
Tal
como había previsto, cerca se oyó el chasquido de una reja de
hierro que, al cerrarse, bloqueaba el acceso a la sala. El suelo de
madera tembló. Lejos, se disparó una alarma...”
7)
“En el centro de la pieza, sobre un caballete recto, descansaba el
retrato de cuerpo entero de un joven de extraordinaria belleza; y,
delante, a cierta distancia, estaba sentado el artista en persona, el
Basil Hallward cuya repentina desaparición, hace algunos años,
tanto conmoviera a la sociedad y diera origen a tan extrañas
suposiciones. – Al contemplar la figura apuesta y elegante que con
tanta habilidad había reflejado gracias a su arte, una sonrisa de
satisfacción, que quizá hubiera podido prolongarse, iluminó su
rostro. Pero...”
8)”
Como un campo de lirios o un reducido aposento demasiado lleno de
narcisos-,cayó desvanecida debajo de la mesa y fue rodando hasta el
centro del arroyo, donde quedó inmóvil, con el cuchillo en la mano.
Gritos, corridas, la multitud se agolpa a su alrededor, avisan a la
policía. La mujer sigue en el suelo con el cuchillo en la mano; poco
a poco, recobra el conocimiento. ¨Qué le ha sucedido? --Nada. ¨Qué
hace con el cuchillo? --Nada. ¨De dónde procede la sangre de sus
refajos?..."
9)
“Severo del Valle era ateo y masón, pero tenía ambiciones
políticas y no podía darse el lujo de faltar a la misa más
concurrida cada domingo y fiesta de guardar, para que todos pudieran
verlo. Su esposa Nívea prefería entenderse con Dios sin
intermediarios, tenía profunda desconfianza de las sotanas y se
aburría con las descripciones del cielo, el purgatorio y el
infierno, pero acompañaba a su marido en sus ambiciones
parlamentarias, en la esperanza...”
10)
“Cuando Gregor Samsa se despertó una mañana después de un sueño
intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso
insecto". Estaba tumbado sobre su espalda dura, y en forma de
caparazón y, al levantar un poco la cabeza, veía un vientre
abombado, parduzco, dividido por partes duras en forma de arco, sobre
cuya protuberancia apenas podía mantenerse el cobertor...”
11)
“Dudó antes de abrir la carta, que levantó a la altura de la
frente como haría alguien que quisiera demostrar sus poderes
mentales en un número de variedades, intentando adivinar cuál de
sus pacientes la habría dejado. Pero era un acto inusual. A todos
les gustaba expresar quejas sobre sus supuestas deficiencias e
incompetencia de forma directa y con frecuencia, lo que, aunque
molesto a veces, formaba parte del proceso. Abrió el sobre y extrajo
dos hojas mecanografiadas. Leyó sólo la primera línea: Feliz 53.°
cumpleaños, doctor. Bienvenido al primer día de su muerte. Inspiró
hondo...”
12)
“La
belleza del cuerpo sólo existe en la piel. Si los hombres viesen lo
que hay debajo de la piel, como sucede en el caso del lince de
Beocia, se estremecerían de horror al contemplar a la mujer. Toda
esa gracia consiste en mucosidades y en sangre, en humores y en
bilis. Si piensas en lo que se esconde en la nariz, en la garganta y
en el vientre, sólo encontrarás suciedad. Y si te repugna tocar el
moco o el estiércol con la punta del dedo, ¿cómo podrías querer
estrechar entre tus brazos el saco que contiene todo ese
excremento?...”
13)”Montag
escondió los libros en la cocina, volvió a salir al callejón, miró
hacia atrás; y la casa seguía oscura y tranquila, durmiendo. En su
camino a través de la ciudad, mientras los helicópteros
revoloteaban en el cielo como trocitos de papel, telefoneó y dio la
alarma desde una cabina solitaria a la puerta de una tienda cerrada
durante la noche. Después, permaneció en el frío aire nocturno,
esperando...2
14)
“—Vine por el trabajo de mozo que han
anunciado en el periódico. —¿Sí? —Lana Lee contempló las
gafas de sol—. ¿Tienes referencias? —Un policía me dio una
referencia. Me dijo que sería mejó que me consiguiera enseguía un
trabajo remunerao —dijo Jones, y lanzó un chorro de humo hacia la
barra vacía. —Lo siento. No queremos gente que tenga problemas con
la policía. No van bien en un negocio como éste. Tengo que proteger
mi inversión. —Yo no tengo antecedentes, en realidá, pero...”
15)
“Ahora los gritos son ensordecedores. Los
hombres de las SS pululan por el andén, acompañados de perros
alsacianos salvajes. Las familias son separadas, los padres gritan
buscando a sus hijos, la luz, después de tantos días, nos
http://Rebeliones.4shared.com10 enceguece, las madres reclaman a sus
hijos. —¡Jaime, Jaime! —¡Ruth! ¡Dónde está Ruth! ¡Dónde te
llevan, Ruth! —Abraham, Abraham, ¡ven aquí! ¿No oyes? ¿Estás
sordo? —¡Jaime! ¡Te estoy llamando!...”
16)
“-Me parece mentira que se esté casando,
Alberto -dijo, señalando a Elianita. -Está lindísima -le sonrió
el doctor Quinteros-. Has echado la casa por la ventana, Roberto.
-Para mi hija lo mejor del mundo -exclamó su hermano, con un
retintín de tristeza en la voz. -¿Dónde van a pasar la luna de
miel? -preguntó el doctor. -En Brasil y Europa. Es el regalo de los
papás del Pelirrojo. -Señaló, divertido, hacia el bar-. Debían
partir mañana temprano, pero...”
17)
“Nora, por ti hubiese trabajado con alegría
día y noche, hubiese soportado penalidades y privaciones. Pero no
hay nadie que sacrifique su honor por el ser amado.
Nora:
Lo han hecho millares de mujeres.
Helmer:
¡Oh! Hablas y piensas como una chiquilla.
Nora:
Puede ser. Pero tú no piensas ni hablas como el hombre a quien yo
pueda unirme. Cuando te has repuesto del primer sobresalto, no por el
peligro que me amenazaba, sino por el riesgo que corrías tú; cuando
ha pasado todo, era para ti como si no hubiese ocurrido nada. Volví
a ser tu alondra, tu muñequita a la que tenías que llevar con mano
más suave aún, ya que había demostrado ser tan frágil y
endeble... (Levantándose.) Torvaldo, en ese mismo instante me he
dado cuenta de que había vivido ocho años con un extraño. Y de que
había tenido tres hijos con él... ¡Oh, no puedo pensar en ello
siquiera...”
18)
“En uno de los coches de tercera clase iban sentados, desde
la madrugada, dos viajeros que ocupaban los asientos opuestos
correspondientes a la misma ventanilla. Ambos eran jóvenes, ambos
vestían sin elegancia, ambos poseían escaso equipaje, ambos tenían
rostros poco comunes y ambos, en fin, deseaban hablarse mutuamente.
Si cualquiera de ellos hubiese sabido lo que la vida del otro ofrecía
de particularmente curioso en aquel momento, habríase sorprendido,
sin duda, de la extraña casualidad que les situaba a los dos frente
a frente...”
19)
“Me encuentro en la más completa oscuridad; no sé si es de día o
de noche. El perro de los Chao ha vuelto a ladrar. Son crueles como
el león, medrosos como la liebre, astutos como la zorra...”
20)
“Ayer por la tarde hizo frío y niebla. Primero dudé entre
quedarme en casa, junto al fuego, o dirigirme, a través de cenagales
y yermos, a «Cumbres Borrascosas». Pero después de comer
(advirtiendo que como de una a dos, ya que el ama de llaves, a la que
acepté al alquilar la casa como si fuese una de sus dependencias, no
comprende, o no quiere comprender, que ¿eseo comer a las cinco), al
subir a mi cuarto, hallé en él a una criada arrodillada...”
21)
“La primera noche me dormí sobre la arena, a unas mil millas de
distancia del lugar habitado más próximo. Estaba más aislado que
un náufrago en una balsa en medio del océano. Imagínense, pues, mi
sorpresa cuando al amanecer me despertó una extraña vocecita que
decía: — ¡Por favor... píntame un cordero! —¿Eh?…”
22)
23)
“Una tarde extremadamente calurosa de principios de julio,
un joven salió de la reducida habitación que tenía alquilada en la
callejuela de S... y, con paso lento e indeciso, se dirigió al
puente K... Había tenido la suerte de no encontrarse con su patrona
en la escalera. Su cuartucho se hallaba bajo el tejado de un gran
edificio de cinco pisos y, más que una habitación, parecía una
alacena…”
24)
“El hombre se retiró y nosotros examinamos cuidadosamente al
paciente. Las heridas de su rostro eran superficiales; la verdadera
herida era una fractura del cráneo, que se extendía sobre la región
motora. El profesor reflexionó durante un momento, y dijo: —Debemos
reducir la presión y volver a las condiciones normales, tanto como
sea posible hacerlo; la rapidez de la sufusión muestra la naturaleza
terrible del daño. Toda la región motora parece estar afectada. La
sufusión del cerebro aumentará rápidamente, debemos practicar la
trepanación inmediatamente, si no queremos que resulte demasiado
tarde. Mientras hablaba, se oyeron unos golpecitos suaves en la
puerta; me dirigí a ella, la abrí y encontré a…”
25)
“Sin saber cómo, se encontró bailando alrededor de un farol. Un
autobús se deslizaba abandonando la estación, un autobús
extraño... - ¡Ralph! ¡Ralph! - ¿Qué pasa? - No hagas ese
ruido... - Lo siento. De la oscuridad del otro extremo del refugio
llegó un lamento de terror…”
26)
“¿En qué hotelestás, Tom? —preguntó Marge. Tom sonrió.
—Todavía no me he ocupado de eso.¿Cuál me recomiendas? —El
Miramare es elmejor. Está a este lado del pueblo, antes de llegar al
Giorgio, que, porcierto, es el único que hay aparte del Miramare,
pero... —Dicen que en el Giorgio hay pulci en las camas —dijo
Dickie, interrumpiéndola. —Quiere decir pulgas. Es que el Giorgio
es barato —dijo Marge con voz seria—, pero el servicio es...”
27)
“Cuando la comida terminó, Morgana se retiró para dejar a su
dueño conversar a gusto con su invitado. Al cabo de una hora la
joven entró nuevamente en la sala, y, con gran sorpresa de Alí
Babá, ataviada como una danzarina: la frente adornada con una
diadema de zequíes de oro, el cuello rodeado por un collar de ámbar,
el talle ceñido con un cinturón de mallas de oro, y brazaletes de
oro con cascabeles en las muñecas y tobillos, según la costumbre de
las danzarinas de profesión. De su cintura colgaba el puñal de
empuñadura de jade y larga hoja que sirve para acompañar las
figuras de la danza. Sus ojos de gacela enamorada, ya tan grandes de
por sí y de tan profunda mirada, estaban pintados con…”
28)
“Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma
mía. Lo-lita: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos
desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde
de los dientes. Lo.Li.Ta. Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana,
un metro cuarenta y ocho de estatura con pies descalzos. Era Lola con
pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero
en mis brazos era siempre Lolita…”
29)
“La cebolla tiene que estar finamente picada. Les sugiero ponerse
un pequeño trozo de cebolla en la mollera con el fin de evitar el
molesto lagrimeo que se produce cuando uno la está cortando. Lo malo
de llorar cuando uno pica cebolla no es el simple hecho de llorar,
sino que a veces uno empieza, como quien dice, se pica, y ya no puede
parar. No sé si a ustedes les ha pasado pero a mí la mera verdad
sí. Infinidad de veces. Mamá decía que era porque yo soy igual de
sensible a la cebolla que Tita, mi tía abuela. Dicen que Tita era
tan sensible que desde que estaba en el vientre de mi bisabuela
lloraba y lloraba cuando ésta picaba cebolla…”
30)
31)
“Para ser un hombre de su edad, cincuenta y dos años y divorciado,
a su juicio ha resuelto bastante bien el problema del sexo. Los
jueves por la tarde coge el coche y va hasta Green Point. A las dos
en punto toca el timbre de la puerta de Windsor Mansions, da su
nombre y entra. En la puerta del número 113 le está esperando
Soraya. Pasa directamente hasta el dormitorio, que huele de manera
agradable y está tenuemente iluminado, y allí se desnuda. Soraya
sale del cuarto de baño, deja caer su bata y se desliza en la cama a
su lado. -¿Me has echado de menos? -pregunta ella. -Te echo de menos
a todas horas -responde…”
32)
“-¿Hace mucho que no la ves? -Casi dos años. Pero siempre me
acuerdo de ella. Si no se me hubiese vuelto así..., una madre
castradora... Bueno, no sé, todo estaba destinado a que nos
separásemos. -¿Porque se querían demasiado?…”
33)
“Y le llovían otras mil injurias más y abucheos a imprecaciones y
risotadas y pedradas por doquier. Quasimodo era sordo pero veía muy
bien y el furor público no estaba pintado en los rostros con menos
fuerza que en las palabras y además las pedradas explicaban muy bien
las risotadas. En principio lo aguantó todo, pero poco a poco
aquella paciencia que se había endurecido bajo el látigo…”
34)
“-Me siento perfectamente bien. -¿Has tomado ya tu té? -le
preguntó el hijo. -Sí; lo he tomado y lo he saboreado. -¿Quieres
que te sirva un poco más? El anciano, después de pensarlo un
momento, respondió: -Te diré. Me parece que prefiero esperar y
ver... Al hablar, se le notaba un acento marcadamente americano.
-¿Tienes frío? -preguntó el hijo. El padre se frotó suavemente
las piernas y dijo: -La verdad, no lo sé…”
35)
36)
“—Usted me robó la historia —aseguró el hombre de pie en el
umbral—, me robó la historia y habrá que hacer algo al respecto.
Lo correcto es lo correcto y lo justo es lo justo, y hay que hacer
algo. Morton Rainey, que acababa de despertar de la siesta y todavía
se sentía un tanto alejado del mundo real, no tenía ni idea de qué
podía decir. Aquello no le sucedía nunca cuando estaba trabajando,
enfermo o sano, totalmente despierto o medio dormido. Era un
escritor, y casi nunca tenía dificultades para poner en boca de sus
personajes una réplica aguda. Rainey abrió la boca, no encontró en
ella ninguna réplica aguda, por tímida que fuera, y volvió a
cerrarla. Pensó: "Este hombre no parece enteramente real.
Parece un personaje de una novela de William Faulkner”..."
37)
“—
¿Qué
es lo que ve, cuando se mira en el espejo?
— ¿Yo? Me veo
sosteniendo un par de gruesos calcetines de lana.
Harry lo miró
asombrado.
—Uno nunca tiene suficientes calcetines —explicó
Dumbledore—. Ha pasado otra Navidad y no me han regalado ni un solo
par. La gente sigue insistiendo en regalarme…”
38)
“Ahora mismo estaba pensando que debe ser del carajo tirar en la
nieve -dijo-. Aquí mismo, si quieres. Nena Daconte lo pensó en
serio. Al borde de la carretera, la nieve bajo la luna tenía un
aspecto mullido y cálido, pero a medida que se acercaban a los
suburbios de París el tráfico era más intenso, y había núcleos
de fábricas iluminadas y numerosos obreros en bicicleta. De no haber
sido invierno, estarían ya en pleno día. -Ya será mejor esperar
hasta París -dijo Nena Daconte-. Bien calienticos y en una cama con
sábanas limpias, como la gente casada.
-Es la primera vez que
me fallas -dijo él.
-Claro -replicó ella...”
39)
“Cierto día, un compañero de colegio señaló en la calle a una
mujer, diciéndome:
-Mírala, está muerta.
A mí me
parecía imposible que una difunta se moviera con aquella naturalidad
entre la gente. De hecho, sabía que era mentira, pero resultaba
excitante creérselo, así que le seguí el juego. Mi amigo me
aseguró que era capaz de distinguir a una mujer muerta entre mil
mujeres vivas.
-¿Pero en qué lo notas?...”
40)
“-Mi vida es monótona. Cazo gallinas, los hombres me cazan. Todas
las gallinas se parecen y todos los hombres se parecen. Me aburro,
pues, un poco. Pero, si me domesticas, mi vida se llenará de sol.
Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los otros.
Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra. El tuyo me llamará
fuera de la madriguera, como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves,
allá, los campos de trigo? Yo no como pan. Para mí el trigo es
inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. ¡Es bien triste!
Pero tú tienes cabellos color de oro. Cuando me hayas domesticado,
¡será maravilloso!…”
41)
"—¿Puedo volver a verte? —me preguntó.
Su voz
sonó nerviosa, y me pareció entrañable.
—Claro —le
contesté sonriendo.
—¿Mañana? —me preguntó.
—Paciencia,
saltamontes —le aconsejé—. No querrás parecer ansioso…
—No,
por eso te he dicho mañana —me contestó—. Quisiera volver a
verte hoy mismo, pero estoy dispuesto a esperar toda la noche y buena
parte de mañana..."
42)
"-¿Sabe que quiero hacer por usted?- dijo Jeanne-. Voy a
hacerlo reír, ese será mi proyecto. Borraré su melancolía
anglosajona. Lo haré reír y lo llenaré de alegría hasta que
parezca un campesino francés-.
Stephen sonrío.
-Y
yo contaré historias y me daré palmadas en los muslos como un
granjero normando.
-Y no pensará en la guerra. Ni en los que
han muerto.
-Nunca-prometió Stephen, y bebió el coñac de un
solo trago..."
43)
“¿No piensas en qué pasará cuando lleguemos? ¿No temes que
quizá no sea tan bonito como pensamos?
—No —replicó
con rapidez. No lo temo. No debes hacer eso.
-Yo tampoco.
Es demasiado, es vivir demasiadas vidas. Delante de nosotros hay mil
vidas distintas que podríamos vivir, pero cuando llegue, sólo será
una. Si voy adelante en cada una de ellas, es excesivo...”
44)
“¿Cuándo piensa contarme su historia, Margaret?
-¿Yo? Yo no
tengo historia - dije.
-Por supuesto que sí. Todo el mundo
tiene una historia.
-Yo no - negué con la cabeza.
En mi
cabeza podía escuchar el eco vago de palabras que quizá había
pronunciado mientras dormía.
-Todo el mundo tiene una historia.
Es como la familia. Quizá no la conozca, quizá la haya perdido,
pero pese a todo existe. Puede alejarse de ella o darle la espalda,
pero no puede decir que no tiene. Lo mismo sucede con las historias.
De modo de - concluyó - todo el mundo tiene una historia ¿cuándo
piensa contarme la suya?...”
45)
“Ésta es mi casa. —¿De dónde vienes, pequeña? Momo hizo con
la mano un movimiento indefinido, señalando algún lugar cualquiera
a lo lejos. —¿Y quiénes son tus padres? —siguió preguntando el
hombre. La niña lo miró perpleja, también a los demás, y se
encogió un poco de hombros. La gente se miró y suspiró. —No
tengas miedo —siguió el hombre—. No queremos echarte. Queremos
ayudarte. Momo asintió muda, no del todo convencida. —Dices que te
llamas Momo, ¿no es así? —Sí. —Es un nombre bonito, pero no lo
he oído nunca. ¿Quién te ha llamado así? —Yo —dijo Momo. —¿Tú
misma te has llamado así? —Sí. —¿Y cuándo naciste? Momo pensó
un rato y dijo, por fin...”
46)
“¡Pasa, pasa! ¡Bienvenido!, ¡Bienvenido! Qué
te
puedo ofrecer ¿Té?, o tal vez algo mas fuerte? Me quedan
unas
botellas de la vieja viña de 1296, muy buena añada,
casi
tan vieja como yo, embotellada por mi padre. ¿Te parece que
abramos
una?...”
47)
“-Señor director -le dijo una vez llegados allí-: ¿cuántos
enfermos tenéis en este momento? Veintiséis, monseñor. -Son los
que había contado -dijo el obispo. -Las camas -replicó el director-
están muy próximas las unas a las otras. -Lo había notado. -Las
salas, más que salas, son celdas, y el aire en ellas se renueva
difícilmente. -Me había parecido lo mismo. -Y luego, cuando un rayo
de sol penetra en el edificio, el jardín es...”
48)
“—Señor —dijo en voz baja y hostil, casi un gruñido en inglés
con acento turco—, creo que no tiene el permiso pertinente para lo
que está haciendo. »—¿Para qué? »Me enfurecí al instante.
»—Para este trabajo de investigación. Está trabajando con
material que el Gobierno turco considera perteneciente a archivos
privados de nuestro país. ¿Puedo ver sus papeles, por favor?
»—¿Quién es usted? —pregunté con idéntica frialdad...”