martes, 2 de febrero de 2016

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Haciendo uso de sus competencias para la búsqueda y recuperación de información:

a) Etiquete la publicación con el nombre del autor, título y año de publicación del libro asignado.

b) Usando la imaginación y creatividad, complete en 3 a 4 líneas el mismo.


c) Asígnele un título creativo al párrafo. 


1) “Cuando Merche o Carmen Lourdes contestan a ciertas llamadas que reciben por teléfono, si se hallan presentes el viejo o la viejas, empiezan a decir, respondiendo a lo que oyen por el hilo: -Si… No...Si, si… si… no…
- De ahí no salen – dice el viejo
- De ahí nadie las saca – dice la vieja.
- ¿Qué es “sí, no; no, sí? – pregunta el viejo a la vieja.
[…]
-¡Rinnnnn! ¡Rinnnnn!...”

2) "-Voy a salir ahora...susurró la muchacha.
- ¡No puedes salir!- la atajó la escritora.
- Nadie me verá, puedo hacerme invisible.
Kate Cold sujetó a la chica por los brazos, segura de que deliraba.
-Nadia, escúchame..."

3) “-¿Un puro, señor Enslin?
- No, gracias, no fumo.
La mirada de Olin se posó en el cigarrillo que tenía Mike detrás de la oreja derecha, a la manera de un periodista veterano y cínico de New York (…). El cigarrillo se había convertido en parte interesante de su persona que al principio Mike no supo qué miraba Olin. Luego rió…”

4) “Esta es la historia de los Buendía, la estirpe que estuvo condenada a vivir cien años de soledad. Los Buendía pudieron descansar en paz cuando nació la primera criatura procreada en el amor verdadero. José Arcadio Buendía y su esposa, Úrsula, son los procreadores de José Arcadio Buendía, el hijo mayor, y Aureliano Buendía, que más tarde sería coronel y Amaranta, la menor; de estos tres nacerán cuatro generaciones que, de manera cíclica como la historia, se irán relacionando y procreando entre ellos mismos, salvo algunas excepciones. Ésta familia acompañada por otros esposos, mujeres y niños, cruzan la sierra y en un lugar desierto encallado en el caribe fundan el pueblo de Macondo; el pueblo es..."

5) “El domingo por la tarde festejamos mi cumpleaños. Rin-tin-tín gustó mucho a mis compañeros. Me regalaron dos broches, una señal para libros y dos libros. Ahora quisiera contar algunas cosas sobre las clases y el colegio, comenzando por los alumnos. Betty Bloemendaal tiene aspecto de pobretona, y creo que de veras lo es, vive en la Jan Klasenstraat, una calle al oeste de la ciudad, que ninguno de nosotros sabe dónde queda. En el colegio es muy buena alumna, pero ...”

6) “Jacques Saunière, el renombrado conservador, avanzaba tambaleándose bajo la bóveda de la Gran Galería del Museo. Arremetió contra la primera pintura que vio, un Caravaggio. Agarrando el marco dorado, aquel hombre de setenta y seis años tiró de la obra de arte hasta que la arrancó de la pared y se desplomó, cayendo boca arriba con el lienzo encima.
Tal como había previsto, cerca se oyó el chasquido de una reja de hierro que, al cerrarse, bloqueaba el acceso a la sala. El suelo de madera tembló. Lejos, se disparó una alarma...”

7) “En el centro de la pieza, sobre un caballete recto, descansaba el retrato de cuerpo entero de un joven de extraordinaria belleza; y, delante, a cierta distancia, estaba sentado el artista en persona, el Basil Hallward cuya repentina desaparición, hace algunos años, tanto conmoviera a la sociedad y diera origen a tan extrañas suposiciones. – Al contemplar la figura apuesta y elegante que con tanta habilidad había reflejado gracias a su arte, una sonrisa de satisfacción, que quizá hubiera podido prolongarse, iluminó su rostro. Pero...”

8)”­ Como un campo de lirios o un reducido aposento demasiado lleno de narcisos-,cayó desvanecida debajo de la mesa y fue rodando hasta el centro del arroyo, donde quedó inmóvil, con el cuchillo en la mano. Gritos, corridas, la multitud se agolpa a su alrededor, avisan a la policía. La mujer sigue en el suelo con el cuchillo en la mano; poco a poco, recobra el conocimiento. ¨Qué le ha sucedido? --Nada. ¨Qué hace con el cuchillo? --Nada. ¨De dónde procede la sangre de sus refajos?..."

9) “Severo del Valle era ateo y masón, pero tenía ambiciones políticas y no podía darse el lujo de faltar a la misa más concurrida cada domingo y fiesta de guardar, para que todos pudieran verlo. Su esposa Nívea prefería entenderse con Dios sin intermediarios, tenía profunda desconfianza de las sotanas y se aburría con las descripciones del cielo, el purgatorio y el infierno, pero acompañaba a su marido en sus ambiciones parlamentarias, en la esperanza...”

10) “Cuando Gregor Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto". Estaba tumbado sobre su espalda dura, y en forma de caparazón y, al levantar un poco la cabeza, veía un vientre abombado, parduzco, dividido por partes duras en forma de arco, sobre cuya protuberancia apenas podía mantenerse el cobertor...”

11) “Dudó antes de abrir la carta, que levantó a la altura de la frente como haría alguien que quisiera demostrar sus poderes mentales en un número de variedades, intentando adivinar cuál de sus pacientes la habría dejado. Pero era un acto inusual. A todos les gustaba expresar quejas sobre sus supuestas deficiencias e incompetencia de forma directa y con frecuencia, lo que, aunque molesto a veces, formaba parte del proceso. Abrió el sobre y extrajo dos hojas mecanografiadas. Leyó sólo la primera línea: Feliz 53.° cumpleaños, doctor. Bienvenido al primer día de su muerte. Inspiró hondo...”

12) “La belleza del cuerpo sólo existe en la piel. Si los hombres viesen lo que hay debajo de la piel, como sucede en el caso del lince de Beocia, se estremecerían de horror al contemplar a la mujer. Toda esa gracia consiste en mucosidades y en sangre, en humores y en bilis. Si piensas en lo que se esconde en la nariz, en la garganta y en el vientre, sólo encontrarás suciedad. Y si te repugna tocar el moco o el estiércol con la punta del dedo, ¿cómo podrías querer estrechar entre tus brazos el saco que contiene todo ese excremento?...”

13)”Montag escondió los libros en la cocina, volvió a salir al callejón, miró hacia atrás; y la casa seguía oscura y tranquila, durmiendo. En su camino a través de la ciudad, mientras los helicópteros revoloteaban en el cielo como trocitos de papel, telefoneó y dio la alarma desde una cabina solitaria a la puerta de una tienda cerrada durante la noche. Después, permaneció en el frío aire nocturno, esperando...2

14) “—Vine por el trabajo de mozo que han anunciado en el periódico. —¿Sí? —Lana Lee contempló las gafas de sol—. ¿Tienes referencias? —Un policía me dio una referencia. Me dijo que sería mejó que me consiguiera enseguía un trabajo remunerao —dijo Jones, y lanzó un chorro de humo hacia la barra vacía. —Lo siento. No queremos gente que tenga problemas con la policía. No van bien en un negocio como éste. Tengo que proteger mi inversión. —Yo no tengo antecedentes, en realidá, pero...”


15) “Ahora los gritos son ensordecedores. Los hombres de las SS pululan por el andén, acompañados de perros alsacianos salvajes. Las familias son separadas, los padres gritan buscando a sus hijos, la luz, después de tantos días, nos http://Rebeliones.4shared.com10 enceguece, las madres reclaman a sus hijos. —¡Jaime, Jaime! —¡Ruth! ¡Dónde está Ruth! ¡Dónde te llevan, Ruth! —Abraham, Abraham, ¡ven aquí! ¿No oyes? ¿Estás sordo? —¡Jaime! ¡Te estoy llamando!...”

16) “-Me parece mentira que se esté casando, Alberto -dijo, señalando a Elianita. -Está lindísima -le sonrió el doctor Quinteros-. Has echado la casa por la ventana, Roberto. -Para mi hija lo mejor del mundo -exclamó su hermano, con un retintín de tristeza en la voz. -¿Dónde van a pasar la luna de miel? -preguntó el doctor. -En Brasil y Europa. Es el regalo de los papás del Pelirrojo. -Señaló, divertido, hacia el bar-. Debían partir mañana temprano, pero...”

17) “Nora, por ti hubiese trabajado con alegría día y noche, hubiese soportado penalidades y privaciones. Pero no hay nadie que sacrifique su honor por el ser amado.
Nora: Lo han hecho millares de mujeres.
Helmer: ¡Oh! Hablas y piensas como una chiquilla.
Nora: Puede ser. Pero tú no piensas ni hablas como el hombre a quien yo pueda unirme. Cuando te has repuesto del primer sobresalto, no por el peligro que me amenazaba, sino por el riesgo que corrías tú; cuando ha pasado todo, era para ti como si no hubiese ocurrido nada. Volví a ser tu alondra, tu muñequita a la que tenías que llevar con mano más suave aún, ya que había demostrado ser tan frágil y endeble... (Levantándose.) Torvaldo, en ese mismo instante me he dado cuenta de que había vivido ocho años con un extraño. Y de que había tenido tres hijos con él... ¡Oh, no puedo pensar en ello siquiera...”

18) “En uno de los coches de tercera clase iban sentados, desde la madrugada, dos viajeros que ocupaban los asientos opuestos correspondientes a la misma ventanilla. Ambos eran jóvenes, ambos vestían sin elegancia, ambos poseían escaso equipaje, ambos tenían rostros poco comunes y ambos, en fin, deseaban hablarse mutuamente. Si cualquiera de ellos hubiese sabido lo que la vida del otro ofrecía de particularmente curioso en aquel momento, habríase sorprendido, sin duda, de la extraña casualidad que les situaba a los dos frente a frente...”

19) “Me encuentro en la más completa oscuridad; no sé si es de día o de noche. El perro de los Chao ha vuelto a ladrar. Son crueles como el león, medrosos como la liebre, astutos como la zorra...”

20) “Ayer por la tarde hizo frío y niebla. Primero dudé entre quedarme en casa, junto al fuego, o dirigirme, a través de cenagales y yermos, a «Cumbres Borrascosas». Pero después de comer (advirtiendo que como de una a dos, ya que el ama de llaves, a la que acepté al alquilar la casa como si fuese una de sus dependencias, no comprende, o no quiere comprender, que ¿eseo comer a las cinco), al subir a mi cuarto, hallé en él a una criada arrodillada...”

21) “La primera noche me dormí sobre la arena, a unas mil millas de distancia del lugar habitado más próximo. Estaba más aislado que un náufrago en una balsa en medio del océano. Imagínense, pues, mi sorpresa cuando al amanecer me despertó una extraña vocecita que decía: — ¡Por favor... píntame un cordero! —¿Eh?…”

22)


23) “Una tarde extremadamente calurosa de principios de julio, un joven salió de la reducida habitación que tenía alquilada en la callejuela de S... y, con paso lento e indeciso, se dirigió al puente K... Había tenido la suerte de no encontrarse con su patrona en la escalera. Su cuartucho se hallaba bajo el tejado de un gran edificio de cinco pisos y, más que una habitación, parecía una alacena…”

24) “El hombre se retiró y nosotros examinamos cuidadosamente al paciente. Las heridas de su rostro eran superficiales; la verdadera herida era una fractura del cráneo, que se extendía sobre la región motora. El profesor reflexionó durante un momento, y dijo: —Debemos reducir la presión y volver a las condiciones normales, tanto como sea posible hacerlo; la rapidez de la sufusión muestra la naturaleza terrible del daño. Toda la región motora parece estar afectada. La sufusión del cerebro aumentará rápidamente, debemos practicar la trepanación inmediatamente, si no queremos que resulte demasiado tarde. Mientras hablaba, se oyeron unos golpecitos suaves en la puerta; me dirigí a ella, la abrí y encontré a…”

25) “Sin saber cómo, se encontró bailando alrededor de un farol. Un autobús se deslizaba abandonando la estación, un autobús extraño... - ¡Ralph! ¡Ralph! - ¿Qué pasa? - No hagas ese ruido... - Lo siento. De la oscuridad del otro extremo del refugio llegó un lamento de terror…”

26) “¿En qué hotelestás, Tom? —preguntó Marge. Tom sonrió. —Todavía no me he ocupado de eso.¿Cuál me recomiendas? —El Miramare es elmejor. Está a este lado del pueblo, antes de llegar al Giorgio, que, porcierto, es el único que hay aparte del Miramare, pero... —Dicen que en el Giorgio hay pulci en las camas —dijo Dickie, interrumpiéndola. —Quiere decir pulgas. Es que el Giorgio es barato —dijo Marge con voz seria—, pero el servicio es...”

27) “Cuando la comida terminó, Morgana se retiró para dejar a su dueño conversar a gusto con su invitado. Al cabo de una hora la joven entró nuevamente en la sala, y, con gran sorpresa de Alí Babá, ataviada como una danzarina: la frente adornada con una diadema de zequíes de oro, el cuello rodeado por un collar de ámbar, el talle ceñido con un cinturón de mallas de oro, y brazaletes de oro con cascabeles en las muñecas y tobillos, según la costumbre de las danzarinas de profesión. De su cintura colgaba el puñal de empuñadura de jade y larga hoja que sirve para acompañar las figuras de la danza. Sus ojos de gacela enamorada, ya tan grandes de por sí y de tan profunda mirada, estaban pintados con…”

28) “Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-lita: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo.Li.Ta. Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, un metro cuarenta y ocho de estatura con pies descalzos. Era Lola con pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos era siempre Lolita…”

29) “La cebolla tiene que estar finamente picada. Les sugiero ponerse un pequeño trozo de cebolla en la mollera con el fin de evitar el molesto lagrimeo que se produce cuando uno la está cortando. Lo malo de llorar cuando uno pica cebolla no es el simple hecho de llorar, sino que a veces uno empieza, como quien dice, se pica, y ya no puede parar. No sé si a ustedes les ha pasado pero a mí la mera verdad sí. Infinidad de veces. Mamá decía que era porque yo soy igual de sensible a la cebolla que Tita, mi tía abuela. Dicen que Tita era tan sensible que desde que estaba en el vientre de mi bisabuela lloraba y lloraba cuando ésta picaba cebolla…”

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31) “Para ser un hombre de su edad, cincuenta y dos años y divorciado, a su juicio ha resuelto bastante bien el problema del sexo. Los jueves por la tarde coge el coche y va hasta Green Point. A las dos en punto toca el timbre de la puerta de Windsor Mansions, da su nombre y entra. En la puerta del número 113 le está esperando Soraya. Pasa directamente hasta el dormitorio, que huele de manera agradable y está tenuemente iluminado, y allí se desnuda. Soraya sale del cuarto de baño, deja caer su bata y se desliza en la cama a su lado. -¿Me has echado de menos? -pregunta ella. -Te echo de menos a todas horas -responde…”

32) “-¿Hace mucho que no la ves? -Casi dos años. Pero siempre me acuerdo de ella. Si no se me hubiese vuelto así..., una madre castradora... Bueno, no sé, todo estaba destinado a que nos separásemos. -¿Porque se querían demasiado?…”

33) “Y le llovían otras mil injurias más y abucheos a imprecaciones y risotadas y pedradas por doquier. Quasimodo era sordo pero veía muy bien y el furor público no estaba pintado en los rostros con menos fuerza que en las palabras y además las pedradas explicaban muy bien las risotadas. En principio lo aguantó todo, pero poco a poco aquella paciencia que se había endurecido bajo el látigo…”

34) “-Me siento perfectamente bien. -¿Has tomado ya tu té? -le preguntó el hijo. -Sí; lo he tomado y lo he saboreado. -¿Quieres que te sirva un poco más? El anciano, después de pensarlo un momento, respondió: -Te diré. Me parece que prefiero esperar y ver... Al hablar, se le notaba un acento marcadamente americano. -¿Tienes frío? -preguntó el hijo. El padre se frotó suavemente las piernas y dijo: -La verdad, no lo sé…”

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36) “—Usted me robó la historia —aseguró el hombre de pie en el umbral—, me robó la historia y habrá que hacer algo al respecto. Lo correcto es lo correcto y lo justo es lo justo, y hay que hacer algo. Morton Rainey, que acababa de despertar de la siesta y todavía se sentía un tanto alejado del mundo real, no tenía ni idea de qué podía decir. Aquello no le sucedía nunca cuando estaba trabajando, enfermo o sano, totalmente despierto o medio dormido. Era un escritor, y casi nunca tenía dificultades para poner en boca de sus personajes una réplica aguda. Rainey abrió la boca, no encontró en ella ninguna réplica aguda, por tímida que fuera, y volvió a cerrarla. Pensó: "Este hombre no parece enteramente real. Parece un personaje de una novela de William Faulkner”..."

37) “— ¿Qué es lo que ve, cuando se mira en el espejo?
— ¿Yo? Me veo sosteniendo un par de gruesos calcetines de lana.
Harry lo miró asombrado.
—Uno nunca tiene suficientes calcetines —explicó Dumbledore—. Ha pasado otra Navidad y no me han regalado ni un solo par. La gente sigue insistiendo en regalarme…

38) “Ahora mismo estaba pensando que debe ser del carajo tirar en la nieve -dijo-. Aquí mismo, si quieres. Nena Daconte lo pensó en serio. Al borde de la carretera, la nieve bajo la luna tenía un aspecto mullido y cálido, pero a medida que se acercaban a los suburbios de París el tráfico era más intenso, y había núcleos de fábricas iluminadas y numerosos obreros en bicicleta. De no haber sido invierno, estarían ya en pleno día. -Ya será mejor esperar hasta París -dijo Nena Daconte-. Bien calienticos y en una cama con sábanas limpias, como la gente casada.
-Es la primera vez que me fallas -dijo él.
-Claro -replicó ella...”

39) “Cierto día, un compañero de colegio señaló en la calle a una mujer, diciéndome:
-Mírala, está muerta.
A mí me parecía imposible que una difunta se moviera con aquella naturalidad entre la gente. De hecho, sabía que era mentira, pero resultaba excitante creérselo, así que le seguí el juego. Mi amigo me aseguró que era capaz de distinguir a una mujer muerta entre mil mujeres vivas.
-¿Pero en qué lo notas?...”

40) “-Mi vida es monótona. Cazo gallinas, los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres se parecen. Me aburro, pues, un poco. Pero, si me domesticas, mi vida se llenará de sol. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los otros. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra. El tuyo me llamará fuera de la madriguera, como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves, allá, los campos de trigo? Yo no como pan. Para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. ¡Es bien triste! Pero tú tienes cabellos color de oro. Cuando me hayas domesticado, ¡será maravilloso!…”

41) "—¿Puedo volver a verte? —me preguntó.
Su voz sonó nerviosa, y me pareció entrañable.
—Claro —le contesté sonriendo.
—¿Mañana? —me preguntó.
—Paciencia, saltamontes —le aconsejé—. No querrás parecer ansioso…
—No, por eso te he dicho mañana —me contestó—. Quisiera volver a verte hoy mismo, pero estoy dispuesto a esperar toda la noche y buena parte de mañana..."

42) "-¿Sabe que quiero hacer por usted?- dijo Jeanne-. Voy a hacerlo reír, ese será mi proyecto. Borraré su melancolía anglosajona. Lo haré reír y lo llenaré de alegría hasta que parezca un campesino francés-.
Stephen sonrío.
-Y yo contaré historias y me daré palmadas en los muslos como un granjero normando.
-Y no pensará en la guerra. Ni en los que han muerto.
-Nunca-prometió Stephen, y bebió el coñac de un solo trago..."

43) “¿No piensas en qué pasará cuando lleguemos? ¿No temes que quizá no sea tan bonito como pensamos?
—No —replicó con rapidez. No lo temo. No debes hacer eso.
-Yo tampoco. Es demasiado, es vivir demasiadas vidas. Delante de nosotros hay mil vidas distintas que podríamos vivir, pero cuando llegue, sólo será una. Si voy adelante en cada una de ellas, es excesivo...”

44) “¿Cuándo piensa contarme su historia, Margaret?
-¿Yo? Yo no tengo historia - dije.
-Por supuesto que sí. Todo el mundo tiene una historia.
-Yo no - negué con la cabeza.
En mi cabeza podía escuchar el eco vago de palabras que quizá había pronunciado mientras dormía.
-Todo el mundo tiene una historia. Es como la familia. Quizá no la conozca, quizá la haya perdido, pero pese a todo existe. Puede alejarse de ella o darle la espalda, pero no puede decir que no tiene. Lo mismo sucede con las historias. De modo de - concluyó - todo el mundo tiene una historia ¿cuándo piensa contarme la suya?...”

45) “Ésta es mi casa. —¿De dónde vienes, pequeña? Momo hizo con la mano un movimiento indefinido, señalando algún lugar cualquiera a lo lejos. —¿Y quiénes son tus padres? —siguió preguntando el hombre. La niña lo miró perpleja, también a los demás, y se encogió un poco de hombros. La gente se miró y suspiró. —No tengas miedo —siguió el hombre—. No queremos echarte. Queremos ayudarte. Momo asintió muda, no del todo convencida. —Dices que te llamas Momo, ¿no es así? —Sí. —Es un nombre bonito, pero no lo he oído nunca. ¿Quién te ha llamado así? —Yo —dijo Momo. —¿Tú misma te has llamado así? —Sí. —¿Y cuándo naciste? Momo pensó un rato y dijo, por fin...”

46) “¡Pasa, pasa! ¡Bienvenido!, ¡Bienvenido! Qué
te puedo ofrecer ¿Té?, o tal vez algo mas fuerte? Me quedan
unas botellas de la vieja viña de 1296, muy buena añada,
casi tan vieja como yo, embotellada por mi padre. ¿Te parece que
abramos una?...”

47) “-Señor director -le dijo una vez llegados allí-: ¿cuántos enfermos tenéis en este momento? Veintiséis, monseñor. -Son los que había contado -dijo el obispo. -Las camas -replicó el director- están muy próximas las unas a las otras. -Lo había notado. -Las salas, más que salas, son celdas, y el aire en ellas se renueva difícilmente. -Me había parecido lo mismo. -Y luego, cuando un rayo de sol penetra en el edificio, el jardín es...”


48) “—Señor —dijo en voz baja y hostil, casi un gruñido en inglés con acento turco—, creo que no tiene el permiso pertinente para lo que está haciendo. »—¿Para qué? »Me enfurecí al instante. »—Para este trabajo de investigación. Está trabajando con material que el Gobierno turco considera perteneciente a archivos privados de nuestro país. ¿Puedo ver sus papeles, por favor? »—¿Quién es usted? —pregunté con idéntica frialdad...”

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