Con un poco de realismo mágico narraremos esta historia, rememorando esos grandes momentos de Gabriel García Márquez en Cien Años de Soledad, donde las generaciones Buendía se sorprenderían de que los Aurelianos no necesitan perder tanto su tiempo en romances, tratando de descubrir a Melquiades o visitando a los gitanos, sino saber que Colombia tiene universidades donde se dictan carreras de gestión documental o tecnología documental, las más importantes en la materia son la Javeriana de Cali y la Santanderiana de Cúcuta; además se abren nuevas universidades en la materia, la más reciente en el 2017 con una capacidad para 6000 estudiantes; por allí se escuchan rumores de que en Venezuela los profesores se están yendo, dejando una deserción del 40%, pero eso no es todo, las cosas malas no sólo están en Venezuela, los vecinos de Macondo reclaman que las universidades no están preparando a sus estudiantes para afrontar los ambientes laborales en Colombia, pero bueno ya ese es otro cuento que las generaciones más actuales se deben de ocupar.
Cuando vemos los pergaminos de Melquiades tal vez todo estaba allí predicho, creo que uno de ellos hablaba sobre las leyes archivísticas en Venezuela, decía que serían tan viejas como los Cien Años de Soledad y que en Colombia las leyes estarían más actualizadas al punto de que la digitalización de los documentos legales es obligatoria, en Venezuela luchan por mejorar sus leyes pero primero se trata de democratizar la historia, aunque las guerras en Macondo y los rumores de guerra son algo común así que eso de democratizar la historia lo dejaremos para otro pueblo, no encaja con la Familia Buendía con un amplio linaje militar.
Pasa
el tiempo y sucede que todos se comienzan a olvidar de la familia
Buendía, sin embargo, por allá se escuchan rumores de que hay gente
con unidades de información móviles ganando premios internacionales
para Colombia en áreas de desarrollo social, haciendo la labor para
que las personas con poca accesibilidad tengan manejo de la
información y no se olviden de las cosas, mientras que en Venezuela
se trata de aplicar una cobertura de accesibilidad de algo llamado la
Web, supuestamente el 93% del país tiene cobertura, aunque cuesta
mucho creerlo.
Parece que Macondo ha cambiado mucho, uno anda por sus calles y tal vez no
se percibe tan desolado, las guerras no dejaron tanta zozobra como se
creía, ya que se encuentran los archivos fotográfico registrando
los hechos e impartiendo a las personas la cultura, por eso no se
olvidan de las historias de nuestro pueblo, tal vez en el Archivo
Fotográfico de la Provincia de Córdoba se encuentran las fotos de
Remedios Moscote y los 17 Aurelianos; sin embargo en Venezuela
las personas les cuenta salir a trabajar, así que no van tanto a los
archivos fotográficos sino se la pasan en sus casas desde sus
computadoras tratando de laborar. Todo indica que la realidad de Colombia ha
cambiado, eso dicen los fantasmas del pasado, ya se comienzan a
implementar tecnologías para preservar y gestionar los documentos,
prueba de ello es la empresa española con sede en Colombia y
no para colonizar, llamada “AdeA” que se encarga con lo último
en tecnología documental de la digitalización y preservación de
documentos, noticia muy buena porque se podrán conservar los
pergaminos de Melquiades en digital, cosa muy distinta de los
Venezolanos que se encargan de crear redes para empresarios. Pero bueno, por lo menos en Macondo la inseguridad está reducida,
por algo los archivos se utilizan para impartir justicia en Colombia,
mientras que en Venezuela se aplican sistemas de información para
ayudar a los sistemas judiciales; también no hay que ir a comprar
a las ferias de los Gitanos dice la gente, ahora Colombia por medio
de la interoperabilidad puedes realizar las transacciones, siendo
pioneros en Latinoamérica.
No
todo estaba tan olvidado en Macondo, por lo menos hay nuevas
tendencias: Colombia con un alto uso de los celulares y siendo
pioneros con las universidades online; Venezuela innovado en los
espacios de los archivos con las tecnologías y tendencias de
información en algo llamado la “Big Data”. En Colombia los
celulares, en Venezuela la alfabetización digital. Son bastantes las
diferencias, sin embargo, creo que Macondo no podrá ser olvidado,
como tampoco Colombia y Venezuela, hay muchas historias de por medio,
muchas oportunidades y un gran esfuerzo por desarrollar las ciencias
de la información aún en medio de las dificultades y las tormentas
del olvido. Como
dice el padre del realismo mágico: “La
vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la
recuerda para contarla.”
Ale León
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