Hoy en día vivimos en una sociedad agobiada por el temor,
por un miedo incesante que acapara nuestro cuerpo y nuestros pensamientos,
dejando muy atrás lo que somos como personas y seres humanos. Siento que la
vida está llena de infinitas oportunidades, en donde cada instante es una
montaña rusa que da vueltas y no se detiene sino hasta el último respiro de una
persona. El ser humanos, nos hace una perfección creada por Dios lleno de
imperfectos y es lo bonito de todo esto y de la vida que vivimos, nos fajamos
buscando una felicidad plena y tratando de alcanzar una perfección imposible
que pasamos de largo los gratos momentos que ésta nos da. No nos detenemos a
observar lo sencillo y nos complicamos muy a menudo. Estas complicaciones van
mucho más allá de una generación o de una simple persona, estos posibles
errores van de la mano con nuestro nacimiento como sociedad y constantemente
los repetimos; viviendo bajo un yugo que pareciera no tuviese final pero que
ciertamente siempre logramos derrocar y al final encontrar algo de paz.
Quiero
aprovechar este ensayo acerca la reflexión del totalitarismo en los libros y
películas vistas, para hacer un llamado a nuestra querida Venezuela que
actualmente se encuentra sumergida en una tristeza profunda y que simplemente
no logra ver la luz al final del túnel, aquella luz de tranquilidad y felicidad
que tanto anhelamos los seres humanos. También dar mi opinión al respecto de
todo lo que nos acontece y buscar las soluciones adecuadas para lo que pueda
llamarse un “final feliz”.
-Farael Dapron-
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