jueves, 7 de abril de 2016

AMORES ABSURDOS

1. "Locura"

Metáfora: "Tu cuerpo...Era un jardín lleno de palomas y de lirios de plata. "

2. "Todo lo que puedo decir"

Víbora/Cabeza/Escarlata

Triste: Tu engaño, víbora
Suspenso: La cabeza servida
Romántico: Tus labios escarlata

3. "Te traté como mujer"

Años han pasado de tu partida,
Nunca imaginé que te perdería tan fácilmente,
Doncella persa de garras afiladas y de ojos esmeralda, los
Recuerdos de tu ira, los llevo cicatrizados en mis hombros
El alcohol ayudó a curar mi dolor
Sanando poco a poco las heridas más profundas

4. "Lo esencial de mí" 

  En mis viajes he dado con varios paisajes señor Malloy, recorrí el mundo tratando de perderme de mi sufrimiento, ¿irónico, no? Lo principal en mi travesía era vagar con mi desgracia, lo único que me sostenía. En una ocasión quise aferrarme a la poca humanidad que me quedaba, pero no me puedo sujetar a algo que perdí hace tiempo. Por décadas traté de alejarme de mis antojos de sangre, ya sabe, intentar de ser "humano"; sin embargo, a veces saciar mi sed era incontrolable, tuve que apartarme de la sociedad, las yugulares de las ratas debían ser mi cena por las noches, aunque todo era en vano, cada vez se hacía más evidente que no quedaba satisfecho. Ya eran las cuatro de la madrugada, mis labios suplicaban por el cuello de una doncella, por lo menos el de una prostituta barata.

No podía más, ya no me soportaba. Mi garganta estaba seca, pero creo que mi conciencia era más fuerte, me mortificaban los recuerdos y me abrumaban mis pasadas decisiones, no quería ser el monstruo que soy pero no puedo dejar de serlo. Rápidamente corrí al bosque, alejándome de toda tentación, comencé a buscar entre la carroña del suelo algún animal moribundo, sólo quería calmar mi apetito. 

Fue en ese instante que lo vi, un cánido de pelaje más naranja que el último atardecer que pude presenciar, estaba sentado, parecía como si estuviera admirando la luna, la cual, con su luz iluminaba aun más el pelaje del zorro. Pude haber quedado embelesado por los colores tan vivos del animal, eran tan llamativos que resaltaban entre la opacidad del bosque, una criatura tan hermosa y a punto de ser devorada. Qué tragedia que mi sed era más grande. 

Con cautela me fui acercando, pero en el momento que iba a sostenerlo e hincarle mis colmillos, el zorro giró la cabeza y me miró, nos quedamos estáticos en medio del bosque. Me tenia hipnotizado con su mirada. Le parecerá absurdo lo que acaba de oír pero tranquilo señor Malloy, que la locura en esta historia vendrá a continuación.

El animal abrió su hocico al cabo de un minuto de haberme mirado y el sonido que salió de ella me dejó perplejo.

—Buenas noches —dijo el zorro.

No pude ocultar mi sorpresa. Me quedé boquiabierto. 

—¿Eres un cazador? —preguntó tranquilo.

—No, no lo soy —pude contestar.

—¡Qué bien! ya de ti no debo temer, yo soy un zorro, ¿Qué haces aquí en el bosque tan tarde?, deberías estar con las personas.

—Estoy escapando de ellas. 

Resulta algo curioso señor Malloy. No sabía porqué con esa criatura me estuve abriendo poco a poco y así, de momento.

—¿Un hombre escapando de las personas?, no tiene mucho sentido —me contestó el animal.

—Y heme aquí, teniendo una conversación con un zorro —dije con una leve sonrisa.

—Si, bueno, cualquier cosa puede ocurrir sobre la tierra —me respondió, dándose vuelta para seguir admirando la luna. No me contuve a preguntarle por qué seguía observándola.

—Siento nostalgia, al mirar la luna recuerdo a mi dueño; me dijo que vivía con una flor en otro planeta. Cuando la observo, pienso que era ese el planeta al que se refería. En realidad todo me lo recuerda. Por ejemplo: al mirarte detallé que llevabas puesto una bufanda del mismo color que mi dueño la tenía.

—¿Espera, tienes dueño? —pregunté perplejo.

—Si —me respondió el pequeño zorro —es un niño. Mi niño. Es la persona que me domesticó. ¿Sabes qué es domesticar?, no te culpo si no lo sabes, mi dueño tampoco sabía. —dijo al ver la interrogación entre mis cejas.

—Significa crear lazos con alguien, que sea para ti lo más importante que tienes —me explicó.

Sus palabras me pusieron a pensar. Si señor Malloy, las palabras de un zorro llegaron a mover mis pensamientos. Antes de poder recordar toda mi vida de muerto viviente, el animal giró su cabeza y viéndome de reojo me hizo una pregunta, —Dime hombre, ¿has domesticado a alguien?

—Si —contesté —era una niña, y creo que fue ella la que llegó a domesticarme.

—¡Muy interesante!, ¿pero por qué dices que fue ella quién te domesticó? —preguntó —en tu caso lo normal es que un hombre domestique a una niña, como un padre educando a su hija.

—Es que hay veces que me llego a preguntar por qué para ella yo era tan especial si en parte fui el culpable de su eter... —tuve que detenerme para contener mi llanto.

—Mmm...Tal vez me equivoque —dijo el zorro —no conozco a tu niña y tampoco estoy seguro de lo que estas hablando, pero capaz, ella logró mirar algo en ti que tú no puedes llegar a ver, al fin y al cabo, el corazón puede llegar a ver lo que para los ojos es invisible.

—Ya es tiempo de que me vaya —me contestó el animal —solo faltan unas horas para que salga el sol y siga con mi viaje.

—¿Por qué viajas? —pregunté antes que se marchara. 

—Porque extraño a mi niño —me respondió con la voz cortada —me dirijo al desierto a ver que encuentro, algo me dice que en ese lugar estará mi dueño y podemos volver a jugar como lo hacíamos cada día a las cuatro de la tarde. Fue un placer conocerte —se despidió el zorro.

Dejé que se fuera señor Malloy, hasta esta altura de mi no vida, todavía no estoy seguro si esa noche presencié una alucinación producto de mi sed de sangre o si todo pasó en realidad. ¿Cómo se lo puedo explicar?, soy vampiro, si existo cualquier cosa puede ocurrir sobre la tierra. Lo que si estoy seguro señor Malloy, es que esa noche me volví a dar cuenta de lo que he perdido en mi paso por esta segunda vida. Que mi desgracia esta unido a ello, por eso sigo recorriendo el mundo con esa cosa tan esencial que llevo conmigo que para mis ojos es invisible.

Recursos Retóricos:
- Onomatopeya: "—Mmm...Tal vez me equivoque —dijo el zorro..."
- Símil: "un cánido de pelaje más naranja que el último atardecer que pude presenciar..."
- Personificación: "—Buenas noches —dijo el zorro."


Un Narrador Absurdo.

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