lunes, 15 de mayo de 2017

No perderé las esperanzas



Me encuentro en un desierto, solamente puedo abrir un ojo, alguien se ha vengado de mí.
Lo único que recuerdo es haber recibido una golpiza, pero no era uno solo, eran varios.
Ellos susurraban: "la cagaste, tus acciones te están pasando factura, eres un fraude, esto no tendrá fin".
Al parecer llegó el comienzo de mi final, todos quieren hundirme, lo peor de todo es que sé que lo merezco.
Siempre supe que este momento llegaría, pero lo que no me paso por la cabeza era que sería en tiempos de gloria y felicidad.
Justamente cuando lo tenía todo, al fin me sentía alguien, tenía un propósito para vivir.
Pero bien dicen que la venganza llega en el momento que mayor dolor puede ocasionar, me doy cuenta que es así.
Lo perdí todo, ahora me encuentro solo, varado en un desierto, desnudo, sin nada con que protegerse.
Me encuentro vulnerable e inseguro, no sé que puedo hacer ni qué rumbo tomar.
Cada vez que me planteo una decisión, aparecen el miedo y el temor evitando que avance.
Ya llevo varios días sin siquiera moverme, me siento deshidratado sin ganas de luchar, no quiero moverme.
Por primera vez en mucho tiempo tengo ganas de rendirme, pero recordad mi felicidad me hace ponerme de pie al menos.
Y con ello ese pensamiento de nunca te rindas y lucha por lo que quieres que tanto me recordaba quien me tenía en la gloria.
A pesar de no hacer nada, de no saber a dónde dirigirme al menos podía estar de pie y volver a pensar en una solución.
Sin embargo el pasar de los días solamente me derrotaba y me hacía caer una y otra vez.
Ya no se qué día es, solamente sé que acabo de ver un destello de luz, y con ese me dije a mi mismo ese es el camino.
Empezando así a caminar sin saber en donde terminaría, pero con un solo pensamiento de salvación en mi cabeza.
Estoy ya en la cuarta luna llena desde que me desperté en este desierto y aún no he visto ni siquiera un árbol o un fruto de esperanza.
Me pregunto si camino en vano, pues no he parado desde que vi ese destello.
Cada vez era más los factores que tenia en mi contra, se me estaba por acabar el aliento, pero ahí estaba ese destello otra vez
Sin más que pensar empecé a acelerar mi marcha, a seguir y seguir hasta llegar al mismo.
Mis recuerdos intentaban frenarme, abriendo una y otra vez mis heridas, buscando frenarme y dejarme solo aquí en el medio de la nada.
Solamente el pensar que ese destello podía significar volver a conseguir algo, la felicidad, ganas de vivir, una vida, quien sabe.
Ya no sé por cual luna voy, ni en donde me encuentro, no tengo fuerza, me cuesta moverme, pero escucho ruidos, no sé de dónde.
Me encuentro arrastrándome, con dificultad para hacer tan sólo un movimiento, esos ruidos cada vez son más fuertes.
No sé si estoy llegando a ellos o viceversa, sólo sé que con lo poco que tengo intentaré llegar.
Vuelvo a caer otra noche, no sé cuántas pueden ir ya, pero siento algo cerca. Por primera vez no me siento solo
Efectivamente, me encontraba rodeado, podía ver árboles, comer frutos, beber algo, escucho voces, pero no las veo.
Ya con un nuevo aliento y unas renovadas ganas de conseguir encontrar esas voces, volví a ponerme de pie después de mucho tiempo.
No sabía a quien seguía, pero era mi única salvación, así que no pararía hasta alcanzarlo.
No pasó mucho tiempo hasta que puede observar aquella silueta, una hermosa dama se veía a la distancia.
Esa sonrisa era algo inexplicable, al fin me sentía vivo otra vez, quién sabe cuánto tiempo ha pasado.
Pareciera que empezaría una nueva vida, me le acerco a esa dama. No podía creer lo que tenía enfrente
No dejaba de tocarla, no quería soltarla nunca, había encontrado alguien que me hiciera querer vivir.
Un motivo para empezar de nuevo y olvidar todo mi pasado, crear una nueva vida, un nuevo rumbo.
Todo al lado de ésta bella dama de gran corazón, que apenas me vio se abrió a mi, me ayudó.
Merece que esté ahí para ella, que le de todo lo poco que tengo y que haga lo imposible por agradecerle.
Había encontrado mi salvación y no quería soltarla nunca más, me siento vivo.
Ahora cuento con todo lo que nunca tuve, empezando una nueva experiencia de vida desde cero.
Solamente esa persona merecía que yo estuviese ahí, que le diese todo y justamente eso iba hacer.
Nunca dejaré de agradecerle, de quererla, de amarla. Ella es la única razón por la cual hoy estoy vivo.
Sólo puede decir gracias por todo, perdóname por mi pasado, pero por ti empezaré una nueva vida, será un renacer.
Hoy más que nunca me siento muerto, pero si Jesucristo pudo resucitar porque yo no puedo tener un nuevo comienzo con quien amo y quien me ha dado razones para vivir.

-Maio