miércoles, 13 de abril de 2016

De salto en salto, me regreso al principio


     
Catalina Linton, con su carácter salvaje, inquieta y porfiada, cansada de ser un simple personaje de una historia por más de 169 años, decide explorar un poco por la biblioteca del Sr. Smith.

     Escapando del incansable Sr. Heathcliff, quien le amerita a Catalina su desgracia en el amor con su difunta madre, la niña logra salir de la historia, con la gran misión de ver a donde va a parar.
Entre libros e historias se encuentra la diminuta niña viendo a ver cual será su próximo paradero, se pasea por el ícono Don Quijote de la Mancha, el cual dudo por un instante saltar a él, cuando se percató que una vocecita le llamaba.
-psst...¡Ey!... Es cuestión de un caballero percatarse cuando una damisela se encuentra sola y sin compañía-dijo el hombre con rasgos alocados que se asomaba por la apertura de un viejo libro empolvado, Don Quijote de la Mancha. La niña un poco confundida por la redundancia a la que se refirió el loco "sola y sin compañía" dudo si escoger ese libro para su próxima aventura. 
-creo que seguiré mi camino señor- dijo Catalina 
-muchas gracias- y se alejó sin más nada que agregar.

     Mientras continuaba su viaje saltó de estante a estante, se paseó por muchas historias y personajes que le ofrecían entrar a sus maravillosos mundos, pero todos daban la impresión de ser muy viejos para su gusto. Ella buscaba algo nuevo, algo distinto, algo que le hiciera olvidarse de aquellas colinas donde el viento es protagonista. es justo durante ese pensamiento y ese recuerdo del shuuuuuu...del viento contra las hojas de lo que alguna vez fue su hogar; cuando se topa con unos libros que se encuentran amarrados entre si. Un total de 7 libros, con portadas inusuales que te invitan a saciar tu curiosidad abriéndolos. Los libros destellaban una serie de luces que captaron la atención de Catalina, es en ese momento cuando escucha una discusión entre dos personas: 
-¿acaso no te he dicho centenares de veces que no husmees en mi armario de pociones naturales?- exclamó un personaje un tanto misterioso y a la misma vez escalofriante, se trataba de Severus Snape dirigiéndose a un pequeño elfo que parecía estar bajo sus órdenes. 
–lo siento maestro, no volverá a ocurrir- aclaró el diminuto elfo que se encontraba apenado.

     Para Cati resultó meramente interesante esta discusión y sobretodo los temas que trataban, ¿acaso eran pociones mágicas a lo que se refería aquella persona de piel blanca como la niebla y cabello oscuro como la noche?. La niña decide que justamente una aventura como ésta es lo que esta buscando y opta por saltar a la serie de libros de Harry Potter.

     Al llegar a este extraño libro, nota la diferencia de mundos. Los árboles se mueven solos, los autos vuelan, las fotos tienden a tener movimiento como si de una película se tratará, ¡Ah! Películas…cosa maravillosa que le causó gran impresión a nuestra querida Cati cuando visitó el increíble mundo de su gran amigo El Principito. Volviendo al punto, la pequeña un poco consternada con lo que estaba viendo, decide ir en busca de dicho personaje que le causó tanta  impresión y a la vez intriga. Cuando finalmente llega al aposento del profesor Snape, la niña nota que éste se encuentra realizando unas pociones y a la misma vez regañando a unos estudiantes. Catalina un tanto preocupada por tantos regaños decide interrumpir 
–eeehhmmmm- aclara la voz Cati –disculpe, pero no he podido evitar observar que usted constantemente se encuentra regañando a quienes lo rodean, ¿es que acaso no tiene un poco de compasión dentro de usted? -el profesor un poco inquietado ante lo que estaba viendo y había escuchado, aclaró 
–quién eres tu y por qué estas vestidas así, es que acaso te digo yo, no te enseñó tu madre de modales a no meter tu nariz donde no te incumbe -con ese vozarrón finalizó su respuesta el hombre al final de la clase con una capa negra que transmite temor. Catalina no pudo evitar sentirse furiosa e indignada 
–mi madre murió cuando yo nací, fui criada por mi adorable padre, por lo cual puedo asegurar que tengo más modales que usted, o por lo menos un corazón más comprensible- dándose media vuelta la niña decidió partir y salir de este extraño libro que contiene un mundo bastante inusual para quienes no habitan en él.

     Catalina decide regresar a casa y cuando se encuentra recostada sobre el árbol que se encuentra encima de la colina, decide pensar en voz alta 
–a veces uno busca lo que no tiene, cuando realmente lo que vale está a nuestros pies, esperando ser visto y ser apreciado. Esta saltadera de libros en libros sólo me llevó a apreciar mi querida Cumbres Borroscosas – de esta forma se durmió Catalina sin siquiera pensar en lo desagradable que había sido su visita a Harry Potter.

Plumero sin tinta

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