jueves, 14 de abril de 2016

Me salió un verso sin esfuerzo

Robert Langdon y Héctor existieron en el pasado,
no uno cualquiera, sino el que Homero ha inventado.

Robert, un  profesor universitario,
Héctor, un guerrero sanguinario.

Langdon resolvió misterios de fantasía,
mientras Héctor la historia recorría.

Con una máquina del tiempo que Langdon construyó,
viajó a Troya y a Héctor conoció.

Héctor sin piedad lo llevó arrastrado,
tanto así que parecía un buey de arado.

Al llegar, al podio con el rey lo subió,
mientras un arquero gritando llegó.

Al primo de Aquiles Héctor había matado,
y el de los pies ligeros a vengarse había llegado.

Langdon adivirtió que Héctor enfrentarlo no debía,
pues la batalla saldría mal y su vida acabaría.

Al venir del futuro, Langdon la historia decía,
mientras Héctor lo escuchaba, mas no le creía.

Al rey escuchando a Langdon una idea se le ocurrió,
hizo que bajara y a Aquiles la historia contó.

Por más que Robert se esforzó en explicar,
su cuello la espada de Aquiles logró atravesar.

De esta manera termina su historia Homero,
una en la que solo hubo un caballero.


-DENC


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