¡YO TE HE AMADO JOKANÁN
- ¡Ah, Jokanaán, Jokanaán, eras el único hombre que he amado! (apostrofe)
TRES PALABRAS UN SENTIMIENTO
- Soledad víbora del alma (triste)
- Sin cabeza ni pies (suspenso)
- Almohada de labios escarlata (romance)
EL GATO VOLADOR
Volaba por los
aires,
Allá bien
lejos...
Los vecinos no
podían creerlo,
En el aire daba
vueltas
Ronroneos
aéreos
Imagínese usted,
Aquella noche
nació la canción...
EL NÁUFRAGO, LOCAMENTE ENAMORADO
Luis Alejandro Velazco - Relato de un Naúfrago, Gabriel García Marquez
Gollum - El Señor de los Anillos, J.R.R Tolkien.
Luego de la agonizante tragedia, desorientado,
despierta el marinero Juan Velazco, quien entra en profunda desesperación al
recordar lo que había ocurrido.
Se encontraba solo en el interior de una de las bazas
de emergencia del Destructor Caldas en el cual aterrizo de suerte luego de
salir volando por la cubierta del barco junto con sus compañeros en medio de
una gran tormenta. Por desgracia sólo él pudo sobrevivir y mientras se alejaba
observaba cómo el resto de la tripulación se hundía en el océano.
En medio de su desesperación trata de alejar estos
terribles recuerdos de su mente, logra enfocarse y descubre que en realidad,
había quedado inconsciente por un buen rato y durante este tiempo, quizás un
día entero, el bote se movió con el viento y a lo lejos podía vislumbrar lo que
parecía ser las orillas de una pequeña
isla caribeña, por lo que reúne fuerzas y se lanza al agua nadando hasta la
orilla con esperanzas de sobrevivir.
Su siguiente plan seria esperar hasta que las
autoridades colombianas lo fueran a buscar pero no sabía cuánto tiempo esto
tardaría, de hecho, no tenía certeza si en realidad dentro de los intereses de
las autoridades estaba encontrar a algún sobreviviente de este barco en el cual
llevaba sobrecargo contrabandista.
El primer día Juan Velazco da una vuelta de
exploración en la pequeña isla en busca de fuentes de alimento y refugio, no
consigue mucho… Unas palmeras por aquí y otras por allá… las cuales le
brindarían sombra. Y en cuanto a la comida menos mal que tenía algunas
habilidades para la pesca ya que no se encontró con ningún animal terrestre que
fuera comestible.
Dentro de la cabeza de Juan daban vueltas un millon de
incógnitas. ¿Podría sobrevivir en esta isla desolada en medio del caribe? ¿En
cuánto tiempo lo rescatarían? Si llegase el momento, ¿estaría cuerdo para
entonces? ¿Sera todo obra de una bestial pesadilla?
Además de todo esto no podía dejar de pensar en el
dolor que le causaba la perdida de sus compañeros, entre ellos su amada Mary, a
quien nunca tuvo el valor de declararle su amor y de quien solo conservaba un
anillo de oro que se desprendió de su mano durante la tragedia.
Y así pasaba los días, cazando y meditando acerca de la
vida y de las posibilidades que tenia de sobrevivir al naufragio… Cada vez se
iba sintiendo más solo, y poco a poco iba cayendo en una profunda depresión.
Una noche, Juan entre sus pensamientos no podía conciliar el sueño, por lo que
decide dar una vuelta por la isla... En el trayecto un coco cae sobre su cabeza
y queda completamente inconsciente.
Lo despierta un sujeto que parecía fuera de este
mundo: pequeño como un niño pero anciano como un abuelo, su piel húmeda y
pegajosa como la de un renacuajo, parecía que hubiera estado miles de años en el fondo del océano.
- ¡Toc Toc! ¿Se encuentra
alguien dentro de esta hueca cabeza?
Juan, asustado por la asquerosa apariencia del sujeto
grita:
- Ahhhh!!! ¿Q-qué cosa eres
tú? ¿Y de dónde has salido?
- Soy Gollum, esta es mi casa.
He estado vigilándote estos días. Ya no estás solo, podemos ser amigos
- ¿A caso me he vuelto loco?
Se pregunta Juan mientras piensa ¡Afín, alguien con quien hablar!
- No, loco no estás. -responde
Gollum- Tienes algo que me pertenece.
- ¿Cómo has leído mi mente? ¿Y
qué es eso que yo tengo que puede pertenecerte? – pregunta Juan intrigado.
- El anillo – responde Gollum
En este momento Juan se da cuenta que pocos días le
quedan de vida, había comenzado a alucinar con personajes de cuentos de
fantasía, como Gollum, del Señor de los Anillos. Además sabía muy bien que si
no le daba el anillo a Gollum moriría.
¡No te lo daré! – responde Juan Velazco. Es de Mary a quien espero ver pronto…
¡No te lo daré! – responde Juan Velazco. Es de Mary a quien espero ver pronto…
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