No es justo
levantarse tan temprano en un país solo para hacer colas por comida. Rodearse
de personas mal educadas, abusadoras y más, de alguna u otra forma cada vez que
me encuentro en alguna cola alguien se colea, me roban algún artículo o termino
con algún golpe. Definitivamente la situación me estresa y yo soy un “quedado”,
“lento” o como quieran llamarlo, yo me considero tranquilo, pacifico y humilde.
Estoy en mi respectiva
cola a ver si logro adquirir algunos bienes de la cesta básica, y no sé porqué aquí
en esta situación la gente le gusta conversar tanto y muchos incluso con
actitud positiva, como si esto fuera digno de los seres humanos.
Sumado en mis
pensamientos llenos de tristeza al ver a lo que llegó mi país, analizando y
observando todo lo que ocurre a mí alrededor escucho una voz desconocida y con
un tono totalmente caraqueño.
- Epa pana
¿tu sabe´ que llegó hoy al supermercado? -dijo un extraño con un apariencia
extraña que recién llegaba a la cola.
- Mmmm. Si
bien entendí, creo que llegó harina pan, papel y aceite – digo sin mirarlo a la
cara.
- Gracia´
pana. La vaina esta dura ¿no? Déjame llamar a mi mujer y la cuñada para que
vengan a hacer esta cola vale, porque tu sabe´ yo tengo que trabajal
pa´conseguir los riales.
- Dele
tranquilo compa. –respondí tratando de hablar como el.
Que situación
tan incómoda el pasar por esto varios días de la semana. ¿Simplemente no puedo
ir al supermercado tranquilo y comprar lo que quiera?
Luego
de pasar unas 5 horas en cola, por fin llego a mi casa exhausto la verdad,
aunque parezca tonto, pasar 5 horas en cola por comida bajo el sol y rodeado de
gente tan… dañada, de verdad cansa. Pero bueno al menos conseguí algunos
alimentos.
- Hey
Cutch –digo a mi gato- te traje unos atunes que conseguí de milagro en el
supermercado. 1000 bsf ¿puedes creerlo!?
Noto
la mirada profunda, ruda y apática de Cutch hacia mí. Lo admiro.
- Definitivamente
quisiera ser como tu –digo a cutch entre suspiros- pareciera que nada te
importara, a puesto que en las colas para comprar comida, en protestas, marchas
irías con toda rudeza y te le impondrías a todo, no se te colearían como a mí
ni saldrías golpeado ni te robaran. Mas bien creo que tu robaras y todo,
jajajaja.
Empecé
a reír imaginando a mi gato siendo un humano, que hasta se me coloró la cara de
la risa. Algo bueno del día.
En
fin, lo que dije dudo le importara, simplemente se bajó del sofá donde se
encontraba y lo sigo con la mirada.
- ¡Cutch no!
¡No puedes entrar ahí! Lo sabes perfectamente vale.-dije con voz alzada.
Cutch
entro en mi pequeño laboratorio improvisado que tengo en uno de los cuartos de
mi casa y señaló un viejo estudio que realizaba hace unos años, antes que
Venezuela se convirtiera en lo que es ahora y cuando tenía más entusiasmo sobre
mi carrera. El estudio trata sobre un brebaje que hace posible adquirir durante
tan solo pocas horas la forma de algo que queramos, pero únicamente con la
formula exacta.
Pensé,
¿será que Cutch quiere que lo convierta en humano?
- ¿quieres
ser humano?
Cutch
parece asentar con su pata con una mirada divertida y caminando entre mis químicos,
botellas y más. La idea me llena de curiosidad e incluso de emoción.
- ¡Hagámoslo!-le
digo con una sonrisa de oreja a oreja.
Luego
de tantos intentos y nada resultaba, de repente escucho una voz suave, estilo
hippie surfista.
- Hey
doctor Jekyll, con esto ganaras millones hermano.
-
Perfecto
transforme un gato en un hippie surfista.- digo en tono sarcástico y entre
risas.
Siento la misma
mirada apática, ruda y profunda de Cutch sobre mi
- Okey, al
parecer la mirada es la misma.- digo algo nervioso-. ¿Cómo te sientes?
- Estupendo
hermano- dice con un tono relajado, observando sus manos y su nueva apariencia-
bueno ahora que podemos hablar, tienes que ponerte las pilas ok? ¿Cómo te dejas
robar, golpear y colear? Tendré que ir contigo a esas colas a ver la situación y
a defenderte. Mientras tanto ¿que día es?
- Viernes –respondo.
- Perfecto
salgamos, a despejar la mente y a ver si nos conseguimos unas novias porque
esta soledad a ambos nos va a volver locos.
Esto
es lo mejor que he podido hacer –pensé- por
fin dejare de ser un “quedado” como muchos dicen.
- Vamos
pues – digo en tono nervioso pero arriesgado- definitivamente lo necesito.
- Tengo 8
años viéndote y necesitas esto y más. dijo Cutch- ahora cuéntame ¿quién es ese
Maduro del que hablan? Hermano es desesperante, hay que hacer algo con él la
verdad tengo algunas ideas que pueden servir…
Cutch
siguió hablando y relatando sus ideas, ni tan malas la verdad. Creo que, no me
equivoque con lo que dije sobre este gato. Quizá, no sé, posiblemente, un gato ¿salve a Venezuela?
Lalejulie
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