En aquel ocaso gigante,
Nace una afable mujer,
Su piel bella arraigante
Irradiaba todo su ser.
Su corazón late fuerte
Se mueve lenta en su cuna,
Mientras el sol se despierte
y darle paso a la luna.
Comía, bebía, lloraba
Pues su madre dando vueltas
El biberón le preparaba
Como un roble desenvuelta.
Atareada en desespero
Tocaba fuerte su espalda,
Ella quería más tetero
y lo sacó de la falda.
Sasha
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