Semanal te las llevaba y tu comentario irónico nunca faltaba, aún así agradecías por tan lindo presente. Buscaba el florero con agua y las colocaba ahí de centro de mesa sirviendo de decoración para la conversa junto a una taza de café con tres de azúcar.
Un día las Astromelias murieron, también ella y su comentario quedando en mente los dulces recuerdos con sabor a café.
Lanna Celerinos
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