Personajes:
La oruga/Alicia en el país de las maravillas
Sofía/El mundo de Sofía
Después de un largo tiempo de espera y
contratiempos, Albert Knag decide al fin seguir la historia del mundo que le
desarrolló a su hija 2 años atrás. Para celebrar esto, Alberto junto con Sofía
y sus amigos hacen una fiesta para conmemorar que su vida iba a ser continuada
y por fin terminada. Como en el mundo de las ideas conviven todos los
personajes literarios alguna vez desarrollados, no era raro encontrar hadas, a
pinocho, y a un personaje que no paraba de criticar todo.
–¡Oye ten más cuidado por donde caminas!
–¿Me lo estás diciendo a mí? –respondió Sofía con
desparpajo.
–No, se lo digo a tu pie que me está a punto de
aplastar.
–Disculpe usted señor oruga, pero no la puedo ver con
ese pequeño tamaño.
–Disculpa, pero ya lo dije una vez, siete centímetros
es la medida perfecta.
–Está bien si eso es lo que crees –respondió Sofía acercándose
cada vez más a la Oruga–. Me disculpo, mi nombre es Sofía.
–Así que, tú eres
esa tal sabiduría –dijo la Oruga con cierto sarcasmo–, y dime ¿Qué tienes de
especial aparte de no mirar hacia abajo?
–No hay mucho que decir, a final de cuentas soy una simple idea, pero
si yo fuera tu respetaría más.
–¿Qué quieres decir con eso?
–Nada, simplemente que eres muy grosero.
–¿Qué es eso de ideas? ¡Responde!
–No existimos, solo somos una representación
imaginaria de alguien.
–Quizás eso seas tú, pero yo soy tan real como el
humo que sale de mi pipa –la oruga empezó a fumar, y así siguió por un par de
minutos.
–Ya sé quién eres, un personaje tan osado como tú
siempre lo recordaré. Eres Ansolem, la oruga de Alicia en el país de las
maravillas.
–No me digas así, así me llaman los que jamás leyeron
mi capitulo –refunfuñaba esa pequeña oruga.
–Te estás contradiciendo.
–Claro que no, yo no dije nada.
–Claro que si –expresa Sofía-, tú perteneces a una
historia al igual que yo. Quizás lo único real sea tu mal genio.
–No lo creo –muy enojado la Oruga decide alejarse,
pero Sofía la agarra de nuevo.
–No me dejes hablando sola, ya sé porque no fuiste un personaje importante de
Alicia –Sofía decide soltarlo y volverlo a dejar en el piso–. George Berkeley
dijo una vez que el escéptico es aquel que niega la verdad y la realidad de las
cosas.
–Un escéptico entonces yo seré, porque negaré todo lo
que me dices pequeña sabionda. Si dices que el mundo no es real, entonces ¿donde
dejas los sentimientos?
–Los sentimientos son solo una manifestación de
nuestras almas.
–Interesante, pero tu dijiste que solo somos ideas de
alguien más.
–Pero porque seamos ideas no significa que podamos
sentir, recuerda que según Sarte, la emoción es una manera de ser de la
conciencia. Con ella podemos admirar, llorar e incluso amar.
–Y tú que entiendes por amor si apenas eres una pobre
niña con palabras muy raras.
–El amor es la forma de relacionarnos, de crecer y
avanzar, con el amor podemos encontrarnos a nosotros mismos y a los demás, el
amor nos da fe y esperanza y no solo debe ser amor por alguien, el amor también
puede ser por los objetos.
–Estas mintiendo –la oruga no sabía que responder– yo
no amo a nadie.
–Entonces ¿no amas a tu pipa? –Hubo un minuto de
silencio–. Eso era lo que me temía. Pero respóndeme ¿qué piensas tú del amor?
–Solo me amo a mi mismo y a más nadie.
–¿Estás seguro? –La oruga se volvió a quedar muda– eres muy egocentrista, deberías corregir
eso.
–Sabes que, me voy no aguanto discutir con alguien
que no sabe nada –la oruga se empieza a alejar.
–¡Oye ven aquí te tengo algo importante que decir! –gritó
Sofía.
–¿QUÉ?
–Vigila ese mal genio.
La fiesta continuó y
cuando Sofía buscó a la Oruga para disculparse por lo que dijo, está ya se
había ido. Según Alicia le comentó “estaba muy molesto, dijo: ‘Ojala Alicia se
coma un hongo y ella este cerca…’”
-Nau
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