domingo, 19 de marzo de 2017

Aunque no lo crean, todos los caminos conducen a Roma

Veinte años después de la Batalla de Hogwarts, estaba Harry Potter en una nueva misión como auror. Y para dirigirse a su próximo destino debía valerse de los polvos flu porque solo así podría llegar cuanto antes. A medida que la chimenea se iluminaba con una fuerte luz verde Harry pensaba muy bien “Okiya Hiroba”, nombre de una casa para geishas ubicada en Yoroido, un pequeño pueblo de Japón; lugar donde presuntamente se encontraba el mago a raptar. Pero, lamentablemente, había llegado tarde porque el delincuente ya no estaba.
Entonces, decidió descansar un poco y despejar su mente. Sayuri que no sabía los propósitos de Harry, le llevó té y, como buena geisha, decidió utilizar sus dotes y entablar una conversación con él.
 ─Gracias ─dijo él mientras aceptaba la taza.
─¿De dónde viene?
─Londres.
─¿Desea compañía? Tenemos jóvenes muy lindas aquí.
─No gracias, estoy casado.
─Aquí eso es normal, la mayoría lo son, no es problema. Todo es confidencial.
─De verdad estoy bien, estoy enamorado de ella y la respeto ─contestó Harry lo más amable posible.
─¿Enamorado? Eso tampoco tiene nada que ver ─dijo Sayuri poniendo en práctica toda su sabiduría obtenida a lo largo de su solitaria profesión ─.¿Sabe lo que es de verdad el amor?
─Sí, eso creo. Es tener a quienes te importa siempre presente, estén contigo o no, recordarlos, enaltecerlos. El amor por mi esposa me hace sentir que no necesito a nadie más, es suficiente para mí.
─Aquí he aprendido que el amor no es sinónimo de fidelidad ─respondió Sayuri dejando en claro su diferir ─.Sobre todo para los hombres;  es como una serpiente, seduce y seduce hasta que finalmente ataca.
─Una vez, un sabio profesor me dijo “es crucial pelear y volver a pelear, y seguir peleando porque sólo de ese modo podría mantenerse a raya el mal, aunque nunca se llegara a erradicarlo.” ─expresó Harry citando al gran Dumbledore ─.Eso también aplica al amor, una de las más hermosas y crueles guerras.
─Es muy difícil eso de permitirse amar ¿no le parece? ─comentó Sayuri ─.A veces darlo todo cuanto hay en tu ser para luego ser traicionado no es algo agradable, no es algo que desees volver a sentir.
 ─Veo que usted no ha tenido muy buenas experiencias con el amor ─le respondió Harry ─.Pero ¿sabes? Ahora te aseguro yo, desde mi experiencia, que  más difícil y doloroso es saber que tuviste la oportunidad de amar a alguien y no pudiste, por eso es más importante tener cerca a quienes te importan y demostrárselo.
»El amor es apostarlo todo a alguien, una aventura; es como un sube y baja donde la mayor emoción y lo más importante se vive en el transcurso de un extremo a otro con sus variaciones ─Concluyó Harry.

Justo en ese momento la varita de Potter recibió una notificación y con un “Tzzi tzzi” se incorporó y rápidamente, con una breve despedida, salió de la casa de las Geishas.

Sayuri quedó, sentada en el mismo lugar donde hacía minutos entablaba su conversación con el mago, reflexionando; impresionada tras entender que, después de tantos años teniendo una cercana relación con lo que le parecía el “amor” y de tener una concepción de lo que podría significar, podría seguir aprendiendo sobre este tema, tan vecino y a su vez tan ajeno a ella.


Lo que sí entendió claramente fue que no era casualidad que todo ese nuevo punto de vista se lo diera un hombre impropio al mundo al que ella pertenecía. Y por primera vez en mucho tiempo se permitió aventurarse y pensar acerca de lo que también podría llegar a ser el amor.
☪Lunática☪

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