martes, 21 de marzo de 2017

¿Estás ahí? ¡Ten piedad!

Micro-cuento

     Para mí no existía algo más placentero que la carne,  llegaba el sonido de mis víctimas de repente, que gritaban pidiendo ayuda. Su dolor era mi placer; deseaba acabar con la suciedad que poblaba la tierra, era mi venganza, por lo tanto,  las personas que escogí no eran más que una basura que merecía ser exterminada; ladrones, violadores, asesinos. No merecían misericordia pues esa palabra no está en su vocabulario y acabé con sus días tal como ellos lo hicieron con el amor de mi vida.

Artemisa.

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